La Organización Mundial de la
Salud (OMS) define accidente como un
suceso generalmente prevenible que provoca o tiene el potencial de provocar una
lesión.
Los accidentes son la primera
causa de muerte en niños y niñas mayores de 1 año de edad. La ignorancia del
peligro, la curiosidad, el gran impulso de autonomía y el alto grado de
actividad son factores que explican el gran número de accidentes en niños y en
niñas.
El tipo de accidentes varía según
la edad:
- En menores de 1 año, los accidentes más frecuentes son las quemaduras y los atragantamientos.
- En mayores de un año, son los traumatismos y las intoxicaciones.
- Los accidentes ocurren 2,5 veces más en niños que en niñas.
¿Qué accidentes son los más frecuentes en el centro escolar?
1- Raspones: los niños a menudo suelen presentar raspones en las rodillas y codos, provocados por caídas sin importancia. Ante este tipo de heridas lo más adecuado es lavar con agua y jabón para eliminar para eliminar restos de gravilla o suciedad, si sangra taponar la herida, aplicaremos un antiséptico, y si es una zona muy expuesta podemos tapar la herida con una gasa, aunque lo mejor es dejarla al aire. Si la herida no deja de sangrar tras 5 o 10 minutos de presión, es profunda o presenta algún objeto clavado tendríamos que acudir a los servicios de urgencia para tratarla.
2- Moretones: las continuas caídas o golpes accidentales sin consecuencias que sufren los más pequeños jugando propician la aparición de moretones. Las piernas de los niños es el lugar donde con mayor frecuencia aparecen aunque también podemos encontrarlos en las rodillas, brazos y con menor frecuencia en la cabeza. Estos moretones no duelen y se curan por sí solos con el paso de una a dos semanas. Los dermatólogos aconsejan aplicar hielo tres veces al día durante las primeras 48 horas sobre la zona en la que aparece el hematoma. En caso de que el moretón no cambie de color durante más de 14 días o continúe el dolor sería recomendable acudir al pediatra.
3- Sangrado de nariz: en ocasiones los niños se chocan entre sí, o sufren balonazos en la cara y pueden producirse sangrados de nariz. En estos casos conviene evitar poner la cabeza hacia atrás para que no trague sangre, sino que conviene inclinar la cabeza hacia delante para que salga la sangre hacia afuera. Puede ayudar a parar la hemorragia si presionamos las aletas de la nariz con los dedos. Si al hacer esto transcurren más de 10 minutos y no cesa la hemorragia debemos colocar una gasa impregnada en agua oxigenada dentro de la nariz, y si aún así no cesa la sangre debemos acudir al médico.
4- Esguinces: los esguinces de tobillo son las lesiones más frecuentes en los niños por estar en constante movimiento. Se producen por el desplazamiento de la articulación de una forma inusual dañando el ligamento en mayor o menor medida. En el momento en que el niño sienta dolor en el tobillo, se vea la zona inflamada o tenga dificultades para apoyar el pie, es necesario acudir al médico. El tratamiento lo indicará el facultativo pero lo habitual es reposo, antiinflamatorios y en ocasiones rehabilitación.
5- Luxaciones: por la misma razón que los esguinces pueden producirse las temidas luxaciones. La luxación es una separación de 2 huesos en una articulación. En estos casos debemos inmovilizar la zona, aplicar hielo y trasladar al niño al centro de salud. El médico reparará la dislocación colocando correctamente la articulación.
6- Fracturas: Las fracturas de huesos en los niños son bastante habituales, es uno de los accidentes más comunes de los niños en la escuela y, por las características de sus huesos se curan en poco tiempo. Los huesos de los niños son más elásticos y porosos y tienen una gran capacidad de regeneración. Las fracturas más habituales son las de codo, antebrazo, tobillo, tibia y clavícula. El tratamiento en caso de fracturas leves es la inmovilización de la zona dañada durante 3 o 4 semanas para que puede soldar correctamente. Si la fractura es más severa puede requerir mayor tiempo de inmovilización o incluso cirugía.
7- Traumatismo en la cabeza: La mayoría de estas lesiones son menores porque el cráneo protege el cerebro. En la mayoría de ocasiones no conllevan consecuencias, pues sólo producen lesiones en la superficie de la cabeza como hematomas, heridas y dolor en la zona del golpe, pero en ocasiones puede provocar lesiones cerebrales graves. En la mayor parte de los casos el niño sólo experimentará dolor y no precisará recibir atención sanitaria. Debemos aplicar hielo y analgésico, pero debemos estar atentos ante la aparición de somnolencia, convulsiones, fiebre, confusión, dolor que no cesa,en estos casos debemos acudir de inmediato al médico.
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